viernes, 24 de octubre de 2008

Humor: la mejor medicina

Al educar un niño en crecimiento, un padre debe ponerse varios uniformes: el de policía, para las situaciones peligrosas, el de rabino para las cosas relacionadas con la moralidad, el frac y corbata de diplomático para las luchas de poder, la bata de médico para curar pequeñas heridas. Pero el traje que le servirá siempre es el sombrero de payaso. 


El humor sorprende 

La falta de seriedad coge al niño fuera de juego y despierta atención inmediata, diluyendo una lucha de poder, antes de que las primeras salvas sean lanzadas. El humor abre las orejitas y mentes cerradas. He aquí como una madre se convirtió en comediante y usó el humor para obtener colaboración de sus hijos. L. de 6 años y N. de tres, estaban en medio de una discusión por un juguete, al final del día, cuando su madre ya estaba estresada. Ella no tenía tiempo ni energía para ponerse el traje de psicólogo y profundizar en los sentimientos de sus hijos. En lugar de eso, cogió un bloque de juguete y se lo puso en la cabeza, y comenzó su actuación: “mamá va a ser una cabeza de bloque, me estoy volviendo loca. No puedo soportar esta riña ni un minuto más”. Y comenzó a hacer el tonto. Los niños, chiflaron, y todo el mundo se rió, mientras las payasadas de la madre diluyeron la bronca de los niños. Después se sentaron y les dijo: “es un momento duro del día. Mamá está cansada. Tengo que preparar la cena. Vosotros estáis cansados y hambrientos. Por favor: ayudadme a organizar la cena.” 


El humor hace el trabajo 

La habitación de A. de 7 años era un barullo. En lugar de decir “vete a hacer la cama”, su cómica madre, dejó que la cama hablara. “he pasado cerca de tu cama esta mañana, y gritaba por favor, que alguien me tape, tengo frío”. Incluso para los adultos, el humor es una manera de tener los trabajos hechos. Recuerdo el cartel que había en el vestuario de cirujanos del hospital: “Recuerda: tu mamá no vive aquí”. 


El humor protege 

A. de 3 años tenía la mala costumbre de alejarse corriendo de sus padres en el parking. El padre decidió hacerse el ciego tapándose los ojos con la mano, le entregó las llaves del coche y le pidió que lo condujera de la mano a donde estaba su coche. (por supuesto miró muchas veces entre los dedos). 


El humor desarma 

Los niños pueden ver en su cara cuando usted va a decir que no a algo. Y van preparando su resistencia. Usted puede romperla poniendo su mejor cara cómica. El humor también ayuda a sacar rápidamente a un niño de un comportamiento regresivo. He aquí como una madre resolvió este problema: M. de 4 años insistía en ponerse un pañal, porque su hermanito lo llevaba. Su madre jugó con ella tratando de ponerle un pañal de recién nacido. Mientras las dos batallaban para hacer encajar el pañal, M. se dio cuanta de lo tonto de su capricho. 


Conclusión 

Utilice el humor con bastante frecuencia, para darle al niño una segunda oportunidad de obedecer. A nuestros hijos les encantan los videos, así que nosotros hacemos mímica como si rebobináramos. “M. ayúdame a recoger la mesa”-“pero papá…”-“REBOBINA” (doy unos pasos para atrás y comienzo de nuevo, esta vez haciendo grandes gestos hacia el niño) y esta es la pista que le indica que es una segunda oportunidad. Habitualmente esto termina con risas y obediencia.

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NOTA: Los artículos que subo en cada post los he ido encontrando navegando en Internet o en algún libro que he leído. En cada uno indico de donde lo he extraído...pero este no puedo recordar de donde lo saque, así que pido disculpas a aquel que no cito pero sé que servirá a muchos padres.

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